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Ventas de indumentaria y textil en baja: profundizan tendencia

En Argentina, el sector textil e indumentaria cuenta con 5.600 empresas en la cadena de valor, que emplea a más de 300.000 trabajadores de manera directa. En especial, en el rubro textil a unas 95.000 personas, indica el «Estudio del mercado argentino de indumentaria y confecciones», desarrollado por Claves Información Competitiva.

 

«En los últimos dos años los altos niveles de inflación y los costos asociados del sector con materias primas importadas generaron un incremento significativo de los precios de la industria textil, lo cual combinado con una merma del poder adquisitivo de la población empezaron a impactar en una caída de la venta en los últimos meses con una capacidad instalada por debajo del promedio de la industria», indica el escrito.

 

Para agregar que esto ha llevado al Gobierno y las cámaras sectoriales a lanzar una acción similar a precios cuidados para una cantidad limitada de prendas, de forma tal de apuntalar la demanda a fin de evitar que se mantenga una escalada en los precios.

 

«El mayor descenso de la producción textil se registró a comienzos del aislamiento social, preventivo y obligatorio. Tras dos años de baja la industria textil se recuperó fuertemente post pandemia durante 2021. En el 2022 y principios del 2023 se muestra una desaceleración en las tasas de crecimiento», afirma.

 

En 2022, ambos índices de producción mostraron una retracción creciendo muy levemente en el caso de los «Productos textiles» mientras que las «Prendas de vestir», registraron un incremento de producción del 12% aunque por debajo del rebote del año 2021.

 

En el primer mes del año 2023, se mantuvo el comportamiento positivo de ambas actividades.

 

Con respecto al mercado interno, «en los últimos dos años la industria ha venido recomponiendo cierto nivel de empleo perdido durante el gobierno anterior por el efecto de la apertura de las importaciones. Sin embargo, todavía no se muestra un fuerte rebote. La capacidad instalada está por debajo del 50% así como también por debajo del promedio de la industria», dice el informe de Claves.

 

Y se aclara que entre un 50% y 60% de los costos de producción del negocio están dolarizados, «eso tiene efectos sobre los precios y su comportamiento actual sobre el mercado interno».

 

Este año las ventas comenzaron a mostrar una caída respecto del año anterior. Esto es consecuencia de una muy fuerte suba de precios en los productos del sector, así como un deterioro significativo del poder adquisitivo de la población.

 

«La balanza comercial del sector indumentaria siempre ha sido deficitaria. En los últimos años, el déficit se ha ido achicando, pero el mismo ha sido consecuencia de la caída en las importaciones debido al impacto macroeconómico y de la pandemia sobre la industria textil y al control de importaciones ejercido por el Gobierno», detalla el relevamiento.

 

En 2022, las importaciones comenzaron a recuperarse con respecto al año anterior alcanzando unos u$s301 millones.

 

El saldo comercial pasó de un pico de u$s488 millones de déficit en el año 2018 a u$s179 millones en 2021. Por lo tanto, resulta en una significativa disminución del 63% en ese periodo. Sin embargo, en 2022, el déficit volvió a crecer registrando u$s274 millones.-

 

 

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