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Emprender después de los 60: ¿Una ilusión o una solución?

En un contexto en donde la inflación mensual tiene un piso de 5% y en donde 6.900.000 jubilados y pensionados pelean por subsistir con menos de $1.800 por día, cuando una canasta básica jubilatoria equivale a 3 haberes mínimos, el dilema es: ¿Vivir o sobrevivir?

 

La jubilación debería ser un nuevo comienzo, una etapa de relax, y eso significa cerrar el libro de un capítulo para comenzar el siguiente, pero con más tranquilidad. Lamentablemente, eso no sucede en nuestro país por los apremios económicos, las pruebas de vida, los tramites y las largas filas para cobrar el equivalente a unos 160 dólares, dejan sin margen de acción. O, en otras palabras, llenan de incertidumbre y de necesidades a la realidad de los jubilados.

 

Y aquí se abre otro dilema: seguir en zona de “confort” o animarse a ser emprendedor.

 

A las grandes decisiones se llega producto de la inspiración o de la desesperación, cualquiera de las dos es válida para “despertar” el intelecto y pasar a un nuevo nivel, a pelear una batalla más. Tal vez la última y definitiva pero la que te pondrá en carrera otra vez y ese desafío es el emprender después de los 60 años.

 

Tener presente que todos tenemos un talento oculto, algunos, incluso, un oficio manifiesto con años de experiencia. El desafío es descubrir cuál es el diferencial, es decir, qué es eso que nos gusta hacer y te sale de forma natural para luego monetizarlo.

 

Algunos pasos a seguir:

 

– Detectar el diferencial y/o talento.

 

Ponerle un nombre a este talento, si es simple mejor, fácil de recordar, que este enfocado al nicho de mercado al que queremos llegar.

 

– Que ese nombre sea registrable en redes sociales. Recordar que la tecnología acerca a la gente por ende a los clientes. Hoy día es vital estar en redes.

 

Confeccionar tarjetas de presentación (y es la única inversión monetaria inicial), con Código QR para WhatsApp (lo hacen en la imprenta o un nieto con 5 minutos de dedicación).

 

– Imagen de marca: trasforma ese talento u oficio en una marca, NO en un producto o servicio, sino en una MARCA con imagen corporativa, eso nos va a hacer inclonables y vamos a poder crecer delegando tareas.

 

Crear un speech de ventas: en 20 segundos y de memoria tenemos que decir quiénes somos, a qué empresa representamos, qué experiencia tenemos y cuál es nuestra promesa para con el cliente.

 

Definir con claridad objetivos, es decir, pasos chicos pueden ser semanas o meses. También una meta, cuyo plazo más largo sugiero al 31 de diciembre, y un plan (cómo vamos a hacerlo). Se recomienda comenzar por tres contactos diarios, amigos, familiares, vecinos y gente que conozcamos y nos conozcan.

 

No necesariamente se requiere un capital inicial, está claro que es muy difícil que esto ocurra en el caso de jubilados, pero se puede pedir fiado, asociarse con otras personas que estén en su misma situación y cada uno aporte algo al nuevo negocio, etc. El capital más grande es la experiencia y buscarle la vuelta a cada situación que se presente.

 

Ponernos objetivos en la vida nos sacan de la mediocridad y da energía para volver a crecer. Debemos luchar fuertemente con los pensamientos y creencias limitantes. Mientras hay vida se puede y vale la pena pelearla.

 

Hay un montón de sueños por cumplir y muchas metas por alcanzar. Hay que animarse a dar el salto.-

 

 

 

 

 

 

 

(*) Experto en Educación Financiera y Emprendedurismo.-

 

 

 

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