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4 mitos y verdades de abrir una empresa en EE.UU. siendo latino

El número de empresas propiedad de latinos en Estados Unidos ha crecido un 35% en los últimos 10 años, en comparación con un crecimiento del 4,5% entre las empresas propiedad de norteamericanos, según datos de 2021 de la Stanford Graduate School of Business’s Latino Entrepreneurship Initiative.

 

Además, las empresas propiedad de latinos están aumentando su número de empleados a un ritmo mucho más rápido que las empresas de empleadores nativos (55 % frente al 8 % desde hace 10 años).

 

Esta tendencia de creciente consumo y negocios genera u$s2,75 mil millones de la economía total en los Estados Unidos.

 

En esta línea, la firma legal Gabriela N. Smith, presenta cuatro mitos y verdades sobre cómo operar en Estados Unidos siendo extranjero.

 

Mito #1: es muy complejo y difícil manejar una empresa en Estados Unidos

 

La expectativa y visión generalizada de los emprendedores es que los procesos de constitución de personas jurídicas son complejos y que el manejo de empresas también lo es. Desde Gabriela N. Smith, explican que la realidad es todo lo opuesto y que constituir una empresa en suelo norteamericano es bastante sencillo

 

No es necesario ser ciudadano o residente en EE.UU. o incluso tener una dirección o historial de crédito.  El proceso es sencillo. En algunos estados es instantáneo (se puede constituir en 5 minutos) y en otros territorios nacionales puede tomar algunos días.  El proceso de creación de los estatutos internos de la empresa también es bastante ágil. Es un proceso interno y no se revelan sus contenidos al público.

 

Mito #2: hay que tener un socio o accionista americano

“No es verdad. Una LLC (sociedad de responsabilidad limitada) o una Corporation (Sociedad anónima) que son las dos figuras más usuales para registrar una empresa en Estados Unidos, pueden tener accionistas 100% extranjeros, sin que eso impida operaciones de la empresa o atrase la constitución de la misma”, explica Gabriela Smith, quien además es argentina, reside en Estados Unidos hace 21 años y hace 14 años que ejerce como abogada y se especializa en el tema.

 

Mito #3: Los empresarios latinos no pueden firmar contratos con clientes en USA

Muchos emprendedores latinos dicen haber firmado contratos sin saber si podían hacerlo. La duda es si se trata de una acción legal o ilegal.  En este caso se presentan algunos temas para aclarar. 

 

Primero, desde un punto de vista estrictamente de validez de los contratos, por lo general, los adultos con capacidad, es decir, que no estén discapacitados para tomar decisiones, como por ejemplo debido a una enfermedad o alguna deficiencia mental ya sea temporal o permanente, pueden firmar contratos.

 

No existe el requisito de ser ciudadano, residente, o requisito de otra índole geográfica. Claro que hay algunas formalidades para que el contrato tenga validez y hay también formalidades para proteger que el que firma lo haga a nombre de una empresa y no a nombre propio para que no quede implicado a nivel personal versus a nombre de la empresa.

 

“Hay que ser especialmente cuidadosos también con las cuestiones migratorias. Siempre recomiendo a mis clientes que se asesoren con un buen abogado de inmigración con matrícula también en EE.UU., para evitar actividades que puedan interpretarse como ´trabajar´ en Estados Unidos, lo cual puede causar problemas”, detalla Smith.

 

Mito #4:  No me conviene negociar contratos directamente con compradores de servicios porque seguramente hayan cláusulas que no van a querer firmar y me van a percibir como un proveedor difícil

 

La asesora legal comenta que incontadas veces escuchó por parte de sus clientes que un miedo recurrente es que si se ponen a negociar directamente un contrato van a ser percibidos como un proveedor difícil y problemático. La especialista aclara que es no es verdad. La negociación es parte de lo normal entre las empresas y con muy pocas excepciones, es bienvenido proponer cláusulas que sean más justas, menos agresivas, y que reflejen la relación entre el cliente y el desarrollador de software.   

 

“Por ahí es cultural no querer generar un roce pidiendo cambios, pero no he visto casos en todos estos años donde una empresa se ha ofendido porque mi cliente pide algunos cambios en los contratos.  De hecho, si noto que la otra parte se queja, yo eso lo levanto como bandera roja y le digo a mi cliente que investigue a ese comprador de servicios. En Estados Unidos hay un dicho ´Good fences make good neighbors´ que se traduce como ´una buena cerca genera buenos vecinos´.  Y esto es real en una relación comercial en Estados Unidos.  Entrar a un contrato sin sentirse ahogado desde el principio es importante. Obviamente, también existen situaciones donde hay que firmar y asumir riesgos porque es parte del negocio”, finaliza la abogada.-

 

 

 

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