
En un contexto donde la evolución del trabajo sigue acelerándose a medida que el retorno a las oficinas se convierte en una necesidad estratégica para muchas empresas. Las organizaciones rediseñan sus políticas laborales, los espacios de trabajo están experimentando una transformación hacia modelos híbridos que buscan equilibrar la flexibilidad con la colaboración en persona.
Según un estudio reciente de CBRE y CoreNet Global, para 2025, el 66% de las empresas prevén que sus empleados trabajen presencialmente al menos tres días a la semana.
Si bien el trabajo híbrido sigue siendo una prioridad para muchos, también está creciendo la tendencia de impulsar la presencia física en la oficina como estrategia para fortalecer la conectividad interpersonal y la cultura corporativa.
De acuerdo con el informe Retos y perspectivas del trabajo: revelando las claves de la evolución laboral elaborado por WeWork y la consultora Michael Page, el 78% de los trabajadores argentinos prefiere trabajar en un esquema híbrido.
Asimismo, el 20% de los encuestados quisiera trabajar un solo día de forma presencial; el 33% quisiera asistir a la oficina al menos dos días a la semana; un 12% optó por un esquema de tres días; y el 8% no desea trabajar presencialmente ningún día de la semana.
Uno de los principales desafíos asociados con este regreso es el costo de adaptación de los espacios de trabajo.
Con la incertidumbre económica que sigue pesando sobre las empresas, el 72% de los encuestados afirma que las limitaciones presupuestarias afectan la capacidad de realizar inversiones en la transformación de sus oficinas.
La necesidad de rediseñar los espacios para hacerlos más atractivos, funcionales y colaborativos implica un desembolso significativo, especialmente en un contexto en el que las empresas buscan optimizar sus operaciones sin sacrificar la calidad de su entorno laboral.-