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La figura del inversor ángel surgió hace varios años y se refiere a los individuos que desembolsan capital en startups, más allá de su propia nacionalidad, con el fin de apostar por el desarrollo y consolidación de un proyecto.
La mayor cantidad de inversiones en startups durante los últimos 3 años se concentraron en los sectores de software y servicios (42%), y de agricultura (36%).
Seguido por comercio (retail, e-commerce, marketplaces, consumer tech, entre otros), que registra 29% de las inversiones, y el sector de fintech (27%).
En quinto lugar se posiciona la categoría “otro” con 21%, en la que comienzan a distinguirse sectores incipientes como la industria satelital, aeroespacial y biotecnología, según la “Encuesta sobre el Inversor Ángel Argentino 2020”, realizada por el Observatorio Latinoamericano de Financiamiento a Emprendedores (OLFE) y la Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla (ARCAP).
En promedio, el inversor ángel argentino destina entre el 10% a 20% de sus inversiones financieras a dicho propósito.
Por otro lado, el 86% de los inversores ángeles tienen experiencia previa de inversión en los mercados financieros, como por ejemplo acciones, bonos, futuros, entre otros.
A nivel internacional, los motivos de fracaso de las startups se explican principalmente porque no existía necesidad del producto/servicio en el mercado (42%), falta de caja (29%) y problemas con el equipo fundador (23%), detalla la encuesta.
En cambio, a nivel local, este último motivo se presenta como la principal causa de fracaso para las inversiones de los ángeles argentinos (67%).
En términos de desempeño de inversiones, el 57% de los inversores encuestados afirman haber logrado, al menos, un retorno positivo de sus inversiones y el 43% reporta que sólo obtuvieron retornos negativos.-
