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Encarar la Comunicación en pymes: un tema clave

Aproximadamente 3 de cada 4 compañías argentinas son empresas familiares. En ellas, la participación de más de dos generaciones es muy frecuente. La convivencia implica distintos modelos de liderazgo y existen frases que se sugiere evitar: “Acá se hace lo que yo digo porque fundé esta empresa” encabeza el podio. Y le siguen: “Tendrías que saber que esto es así” y “no tengo tiempo de hablar de eso”, completan el top 3 de las frases a desterrar.

 

Según un informe de la División de Educación Continua de Harvard, la capacidad de un líder para comunicarse de manera clara y efectiva con los empleados, dentro de los equipos y a través de la organización es una de las bases de un negocio exitoso. Además, la habilidad de comunicarse podría ser la habilidad más crítica de un gerente.

 

Cuando hablamos sobre comunicar no se trata de pronunciar o escribir palabras de manera ordenada.

 

Comunicar es un proceso de escucha, entendimiento y conexión que debe darse entre los actores que participan del acto, si alguien no entiende, evaluar dónde está la falla, trabajar para que sienta el espacio de preguntar y si quiere proponer algo que sienta la valoración de su idea, aunque después no se lleve a cabo.

 

Los más jóvenes proponen ideas que para la generación fundadora son disruptivas. Es habitual que las diferencias generacionales creen ruidos en los esquemas de comunicación de las pequeñas empresas.

 

La digitalización, las redes sociales y las estructuras más horizontales donde se propone una dinámica de comunicación más abierta son todo un desafío para los más grandes.

 

Hay pymes que van por la tercera o la cuarta generación, conviven el abuelo que escribía a máquina que ahora cree que tiene que tener un Instagram porque la competencia tiene uno, con el nieto que quiere hacer Tiktoks para el posicionamiento de marca o el apoyo de la marca empleadora, hablan lenguajes diferentes y el trabajo de los asesores es darles herramientas para decir, explicar y preguntar lo necesario para acortar esas diferencias.

 

La comunicación en las pequeñas empresas suele ser un tema delicado. Desde acciones sin sentido, líderes que carecen de empatía al momento de dar respuestas hasta el manejo informal de la información pueden generar conflictos en el día a día. 

 

En las pymes en general y en las familiares en particular, comunicarse tanto entre el directorio como con los empleados puede resultar confuso o problemático ya que los límites pueden ser difusos entre lo personal y lo profesional y, cuando se traslada al equipo de trabajo lo que no supo ser acordado en la cúpula, inevitablemente, trae problemas.

 

Hay ciertos límites que son necesarios para la convivencia familiar en el negocio y hay que empezar por no mezclar.

 

Si un miembro del directorio le da una orden a otro con un vaso de vermouth en la mano en un almuerzo dominical y el segundo se olvida, ¿de quién es la culpa si la tarea no se hace?

 

Si bien parece una incógnita descabellada, muchos dirán que el error es de quien no acata, déjenme decir que si la respuesta fue esa, necesitan ayuda.

 

En la actualidad, las empresas son más propensas a buscar soluciones a los problemas de comunicación y ese es un buen principio.-

 

 

(*) Asesora en Comunicación

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